martes, 2 de junio de 2009

Sus habitantes...


El rasgo más importante que tienen es el de servir como inspiración a las artes terrestres. Esta característica también sirve como diferenciadora entre las cuatro especies que existen en este mundo. Cada una está destinada a una parte del arte.

Los que se dedican a inspirar a los escultores son los Sereias fictorum. Son elegantes criaturas, tanto hembras como machos, con una larga cola de escamas, cuyas casas se encuentran más cercanas a la orilla, ya que pasan la mayor parte del tiempo sumergidos en el lago central. Mientras están en la superficie, se trasladan arrastrándose con cuidado, bocarriba, para que la luz dore tostadamente su delicada piel y así destacar como la especie más bella. La parte superior que cubre los senos de las hembras, es una fina capa de escamas en forma de banda que acaba antes de que comiencen sus preciosos ombligos. Los cabellos de ambos sexos son plateados y muy largos, que caen de forma ondulada por su cuerpo como si de cascadas se tratase.

Para los músicos existen místicas criaturas llamadas Muses modulatorum. Son diminutos, cuya piel se asemeja al marfil tanto en textura como en color, cubierta delicadamente con piedras preciosas en forma de notas musicales. En lugar de cabello unas grandes hiedras les cubren las cabezas. Sus vestimentas apenas pueden diferenciarse del cuerpo, ya que su propia piel es la que crea una doble capa con oscuras vetas que les cubre donde les es necesario.

Los destinados a la inspiración de pintores y escritores son muy parecidos, ya que son las especies más antiguas que comenzaron a habitar este mundo. Los primeros se hacen llamar Fées Picturis y los segundos Authoris Lutins. Son seres singulares y dignos de observar, aunque esto no sea posible… El físico varía un poco entre los varones y las hembras. Ellos, son altos y fuertes, cuando son jóvenes, a medida que avanzan en edad, su complexión va siendo algo más rechoncha de lo que era en su juventud.
Otro rasgo que cambia a medida que crecen es el cabello. En la madurez, la longitud se reduce a lo más mínimo y la cabellera lisa y brillante pasa a ser unos rizos opacos y sin brillo. Cabe destacar su vestimenta. Es algo extraordinario en ellos. Visten prendas enormemente brillantes, duras y fornidas para proteger cada resquicio de su cuerpo. Suelen estar hechas con materiales que los protegen en los duros viajes a nuestro mundo y a la vez respetan la invisibilidad con la que llegan hasta aquí.
A diferencia de las hembras, tienen unas botas de cuero que les permiten saltar muy alto por su universo, moviéndose con agilidad de un lugar para otro. Estos rasgos físicos, como ya se ha dicho antes, varían en relación al sexo. Las féminas, no padecen tantas variables a medida que obtienen años. Su cuerpo esbelto y delgado junto con su cabellera ondulada y larga sigue igual de forma perenne. Las vestimentas son, si cabe, mucho más espléndidas que las de los machos. Visten prendas forjadas con pequeñas piedras preciosas de tonos claros, que se envuelven alrededor de todo sus cuerpos, aumentando la belleza de éstos. No llevan botas ni ninguna especie de zapatos.
Para proteger sus pies llevan adheridas a las plantas de éstos el mismo material que forma sus vestidos, ya que no necesitan saltos de gran altura ni de considerable velocidad, pues nacen con unas finas y preciosas alas en sus espaldas. Una peculiaridad más de ellas, es que el color de sus ojos lo comparten con sus alas. Los colores de ambas partes son maravillosos, muy extraños dentro de la gran variedad de colores que ellos pueden percibir, que, al menos, son decenas más de los que nuestros ojos llegan a diferenciar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario